Polarización extrema marca las elecciones en Estados Unidos
La polarización y el temor a disturbios han generado un operativo sin precedentes en EE.UU. UU., que enfrenta una elección histórica y un posible clima de violencia.
La incertidumbre y el temor rodean las elecciones estadounidenses, y no solo por el resultado, sino por las posibles reacciones tras el anuncio del vencedor. Casey, una residente de Virginia, expresa sus inquietudes: teme tanto por la victoria de Donald Trump como por la de Kamala Harris, anticipando un posible estallido de protestas, dependiendo del desenlace. Este miedo es compartido por muchos votaron que recuerdan el asalto al Capitolio de 2021, un hecho que marcó un antes y un después en la democracia de Estados Unidos.
En esta campaña, el ambiente de polarización es extremo. Crisis Group, una organización que estudia conflictos, destaca la profunda división partidista y advierte sobre el peligro de que las acusaciones de fraude electoral se intensifiquen si el resultado no es favorable para el Partido Republicano. De hecho, Trump ha reiterado que solo aceptará el resultado en caso de victoria, una postura que ha alimentado la retórica de fraude y podría provocar una oleada de descontento entre sus simpatizantes.
Para prevenir disturbios, en todo el país se han implementado medidas extraordinarias. En Washington, DC, unos 3.000 agentes estarán desplegados el día de las elecciones y la Guardia Nacional estará en alerta en varios estados. Asimismo, los centros de votación se han reforzado con sistemas de seguridad para proteger a los trabajadores y al proceso de votación. Incluso edificios en áreas estratégicas han realizado simulacros de emergencia, previendo escenarios de violencia.
El mayor desafío vendrá después de los cómicos. En caso de resultados ajustados o cuestionados, podría desencadenarse un largo proceso de recuento de demandas judiciales, como anticipan los analistas. La tensión podría escalar y enrarecerse, especialmente entre los partidarios de Trump, quienes en parte consideran legítimo recurrir a la violencia si se sienten traicionados en el proceso.
Sin importar el resultado, el riesgo de enfrentamientos parece no cesar. La situación se mantendrá tensa hasta la certificación de los resultados en diciembre, cuando el Congreso oficialice los votos del Colegio Electoral. La ley ha reforzado las reglas para evitar que el vicepresidente rechace la certificación del resultado, pero, como advierte Crisis Group, el clima de violencia dependerá de quién gane. Esta elección no solo definirá al próximo presidente, sino también la estabilidad de un país marcado por el desencanto y la polarización.