El puerto de Chancay alarma a Estados Unidos y reconfigura América Latina
La creciente influencia de China en la región genera tensiones económicas y geopolíticas, con Perú como epicentro de este debate.
La construcción del megaproyecto portuario de Chancay, en Perú, está generando una mezcla de expectativas y preocupaciones a nivel internacional. Con una participación mayoritaria de la empresa estatal china Cosco Shipping, este puerto es visto como un símbolo del avance de China en América Latina, despertando alarmas en Estados Unidos por sus implicaciones estratégicas y comerciales.
El puerto de Chancay, situado en la costa central peruana, es una pieza fundamental de la llamada "nueva Ruta de la Seda" impulsada por China. El proyecto, que contará con una inversión total de 3,600 millones de dólares hasta 2032, promete transformar a Perú en un centro logístico clave para el comercio con Asia. Según Raúl Pérez Reyes, ministro de Transporte peruano, el objetivo es que Chancay se convierta en el "Singapur de América Latina", manejando mercancías no solo de Perú, sino también de países vecinos como Brasil, Bolivia y Argentina.
El puerto, que contará con infraestructura moderna y una ubicación estratégica, permitirá reducir los costos de transporte en hasta un 30%, según especialistas. Además, su acceso directo a la carretera transoceánica facilitará la conexión de productos como soja y carne desde la Amazonía hacia los mercados asiáticos, evitando rutas más largas a través del Canal de Panamá.
Para Washington, la creciente presencia de China en Chancay va más allá de lo económico. La general Laura Richardson, exjefa del Comando Sur de Estados Unidos, ha alertado sobre los riesgos de seguridad que implica un puerto con potencial "uso dual", es decir, apto tanto para fines civiles como militares. Debido a su profundidad y capacidad, Chancay podría recibir buques de guerra, lo que plantea interrogantes sobre una posible presencia naval china en el Pacífico Sur.
Además, el otorgamiento de derechos exclusivos a Cosco para operar el puerto ha generado críticas tanto en Perú como en el extranjero. Aunque el gobierno peruano intentó revocar esta cláusula en marzo, retrocedió ante la presión de China, lo que derivó en ajustes legales que fortalecen la posición de la empresa estatal china.
El desarrollo de Chancay no solo tiene implicaciones internacionales, sino también locales. Miles de familias de la ciudad homónima enfrentan expropiaciones debido a la expansión del puerto, mientras que los pescadores reportan una disminución en las capturas y una reducción de la biodiversidad marina incluso antes de que el puerto entre en pleno funcionamiento. También se han señalado posibles impactos negativos en el cercano Santuario de Santa Rosa, un refugio clave para aves marinas.
La influencia de China en América Latina, simbolizada por proyectos como Chancay, evidencia la pérdida de peso político y económico de Estados Unidos en la región durante las últimas dos décadas. Para Washington, esta tendencia no solo representa un desafío comercial, sino también una amenaza estratégica en un área históricamente considerada su esfera de influencia.