Argentina en crisis energética por escasez de gasolina

Los automovilistas en Argentina se ven inmersos en un apremiante escenario marcado por la carestía de combustible y el cierre de estaciones de servicio. Este desafío se origina en la escasez de divisas gubernamentales, provocando que los barcos que transportan los preciados carburantes queden inmovilizados en alto mar, en espera de autorización para importar.

Las extensas filas de vehículos en los gastos de gasolina y la suspensión de actividades en numerosas gasolinas son signos inequívocos de un descontrol en la situación fiscal. El Banco Central de Argentina se ve acuciado por la escasez de dólares para abonar a los importadores, mientras la inflación persiste en niveles cercanos al 140% y la amenaza de una recesión se cierra ominosa.

La entidad estatal YPF, un actor preponderante en la esfera energética de la nación, se enfrenta al dilema de tener tres buques cisterna varados, cargados con gasolina y diésel, que no pueden descargar su valiosa carga hasta que los pagos pendientes a los proveedores extranjeros, BP Plc y Gunvor, son efectuados.

La coyuntura se torna aún más compleja debido a la incertidumbre electoral y el peligro latente de una fuerte devaluación monetaria. De acuerdo con estimaciones, la carga retenida representa aproximadamente el 7% de las ventas mensuales de gasolina en el país, equivalente a unos 150 millones de dólares.

La nación se bate en una ardua lucha por cumplir con los términos del acuerdo de financiamiento de 44,000 millones de dólares alcanzados con el Fondo Monetario Internacional.

La crisis se ve agravada por la rigidez de los precios y los bajos costos de la gasolina en Argentina en comparación con otros países latinoamericanos.

Además, se calcula que el país depende de importaciones para satisfacer el 32% de su demanda de combustible, lo que ha generado problemas de abastecimiento especialmente agudos en las provincias alejadas de la capital.