Más de medio millón de peruanos pasaron de clase media a vulnerable en 2022

Según el reciente informe del Banco Mundial (BM), se reveló que la desaceleración económica en Perú ha tenido un impacto directo en más de medio millón de personas, cifra que bordea los 700 000 ciudadanos, cuyos ingresos se han reducido y ahora se encuentran en la categoría de vulnerables, habiendo pasado previamente de la clase media.

Para el BM, esta situación se debe a la alta inflación, que aún se mantiene por encima del 8%, así como a otras condiciones negativas como la disminución de la inversión pública y un crecimiento lento del empleo, entre otros factores.

“La inflación más alta y la lenta recuperación del mercado laboral habrían afectado también a los vulnerables y a la clase media. Cerca de 700 mil peruanos habrían pasado de la clase media a la situación de vulnerables, y otros 700 mil habrían pasado de la vulnerabilidad a la pobreza”, detalla la entidad.

Además, el BM señala que la población vulnerable tiene un ingreso promedio que oscila entre S/24 y S/56, es decir, entre US$6.85 y US$14 por día. Aunque esta condición no implica necesariamente estar en situación de pobreza, expone a las personas a un alto riesgo de caer en esa situación.

En contraste, la clase media, o aquellos que tienen una baja probabilidad de caer en la pobreza, aunque no son ricos, son aquellos cuyos ingresos diarios oscilan entre US$14 y US$81, o entre S/56 y S/320, según el informe.

Asimismo, el organismo internacional indica que el 31.8% de la población vive en hogares cuyos ingresos están por debajo de la línea de pobreza, establecida en US$6.85 per cápita por día, y otro 37.7% se encuentra en situación vulnerable y en riesgo de caer por debajo de esa línea.

Al respecto, el economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), Fernando Gonzáles, indicó que el deterioro de la clase media peruana implica una mayor vulnerabilidad a eventos adversos como, por ejemplo, el fenómeno de El Niño.

A su vez, subrayó que los resultados son atribuibles al bajo crecimiento económico, caída de la inversión privada (-0.5% en 2022), la falta de recuperación prepandemia y un crecimiento del empleo impulsado principalmente por puestos de baja calidad.

“Esto indica que, ante ­cualquier evento adverso como el climatológico o una pérdida del empleo, hay más personas que tendrán problemas para hacerle frente y sostener sus gastos, y ahorrar para luego recuperarse, tener un ­ negocio o adquirir algún activo perdido”, puntualizó.