Agile: metodología que impulsa la adaptación de empresas en la era digital
Mejora el incremento en los niveles de satisfacción del cliente, equipos más cohesionados y comprometidos y la optimización de flujos de trabajo.
En una era caracterizada por la constante transformación impulsada por la digitalización, surge una imperiosa necesidad de crear sistemas y procedimientos capaces de ajustarse al vertiginoso ritmo de cambio en nuestro entorno. Es en este contexto que cobra vida la metodología Agile.
En esencia, se trata de un enfoque de mejora continua, diseñado para satisfacer de manera ágil las cambiantes exigencias de los clientes. Su ejecución implica plazos de entrega breves, la colaboración de equipos multidisciplinarios y la búsqueda de la simplicidad.
Aunque nació con el propósito de beneficiar a los desarrolladores de software, la metodología Agile ha trascendido fronteras y ha permeado diversas áreas de la vida, gracias a una serie de ventajas que ofrece. Entre estos se destacan el incremento en los niveles de satisfacción del cliente, equipos más cohesionados y comprometidos, optimización de flujos de trabajo, aumento de la productividad, reducción de los tiempos de respuesta, fomento de la innovación continua y una respuesta más eficaz ante los cambios.
Acciones como abandonar las estructuras lineales y formar equipos multidisciplinarios son fundamentales. La incorporación temprana de personal diverso garantiza la inclusión de múltiples perspectivas, lo que puede desembocar en soluciones que un colaborador más especializado no habría concebido debido a su experiencia en otra área.
La metodología Agile propone una forma de comunicación más efectiva a través de reuniones frecuentes, aunque con una perspectiva más eficiente. Algunos expertos sugirieron reuniones breves de 10 o 15 minutos al día. Estos encuentros, que pueden ocurrir al inicio de la jornada, permiten que todos los involucrados compartan avances y desafíos específicos, logrando que todo el equipo esté al tanto del progreso y, en la medida de lo posible, colabore en la resolución de los obstáculos.
La realidad contemporánea exige agilidad y dinamismo. Es por ello por lo que abrazar metodologías como Agile adquiere una relevancia insoslayable, ya que contribuye a potenciar nuestra capacidad de respuesta ante los cambiantes desafíos que nos plantea el mundo actual.