Nvidia crece un 69% pese a tensiones con China

El fabricante de semiconductores Nvidia cerró su primer trimestre fiscal con cifras que, pese al contexto adverso, confirman su posición de liderazgo en la industria tecnológica. Con ingresos de 44.100 millones de dólares —un 69% más que el año anterior— y beneficios por 18.775 millones, la empresa superó las previsiones de los analistas y mostró que la demanda por sus chips de inteligencia artificial sigue siendo fuerte, a pesar del impacto de las recientes restricciones comerciales impuestas por el gobierno de Estados Unidos.

Este desempeño llega en medio de un escenario complejo. Las tensiones derivadas de la guerra comercial entre Washington y Pekín, sumadas a nuevas limitaciones a la exportación de chips a China, afectaron de manera directa a Nvidia, que hasta hace poco dominaba el mercado chino con una cuota del 95%. Hoy, esa cifra se ha reducido al 50% y la empresa anticipa un impacto negativo de hasta 8.000 millones de dólares para el próximo trimestre si continúan las restricciones.

Uno de los motores clave del crecimiento de Nvidia ha sido su división de centros de datos, que generó 39.100 millones de dólares —un aumento del 73% interanual— y representa hoy el núcleo del negocio. Sin embargo, los analistas han mostrado cautela, señalando que, aunque los resultados fueron sólidos, el ritmo de crecimiento comienza a desacelerarse. De hecho, si se compara con el trimestre anterior, las ganancias han caído un 15%, encendiendo las alertas sobre una posible moderación del auge de la IA.

La volatilidad en el mercado bursátil también ha sido un factor a considerar. Las acciones de Nvidia, que habían sufrido una pérdida histórica de 600.000 millones de dólares en capitalización en una sola jornada, se recuperaron con un alza del 4% tras el anuncio de resultados. Aun así, su comportamiento sigue siendo errático, con oscilaciones de hasta el 40% en lo que va del año.

El CEO de Nvidia, Jensen Huang, advirtió sobre los riesgos de una política comercial restrictiva que podría acelerar el desarrollo de competidores en Asia. Según Huang, limitar el acceso de China a tecnología de vanguardia incentivará a ese país a crear su propio ecosistema de chips, reduciendo la ventaja tecnológica de Estados Unidos a mediano plazo. Para Nvidia, el desafío será mantener su liderazgo en un entorno de alta competencia global y crecientes tensiones geopolíticas.