La digitalización financiera aumenta la inclusión pero también los riesgos.

La rápida digitalización del sector financiero ha abierto un abanico de posibilidades tanto para empresas como para usuarios. No obstante, este avance trae consigo retos significativos, especialmente en términos de protección de datos personales y ciberseguridad.

La reciente investigación de Tec-Check destaca que, en América Latina y el Caribe, el 65% de la población tiene acceso a servicios financieros formales, lo que evidencia un avance importante hacia la inclusión financiera en la región. Sin embargo, el incremento en el uso de plataformas digitales también ha elevado los riesgos para la seguridad de la información personal.

Fiorentina García, cofundadora de Tec-Check, señala que en México "la banca tradicional no ha tenido el interés de acercarse a la población de áreas rurales o cuyos ingresos provengan de empleos no estables", lo que ha permitido a las fintechs cubrir este vacío. Este contexto ha sido un catalizador para la innovación en el sector financiero.

La creciente competencia en el mercado financiero digital ha llevado a las instituciones tradicionales a adoptar nuevas tecnologías para mejorar la seguridad y optimizar la experiencia del usuario. Entre las innovaciones más destacadas se encuentran la autenticación biométrica, que utiliza características físicas únicas para prevenir el fraude, y los sistemas de detección de fraude basados en aprendizaje automático, que identifican patrones sospechosos en las transacciones.

A pesar de estos avances, García enfatiza que la colaboración entre empresas y autoridades es crucial para desarrollar soluciones integrales que aborden los riesgos de protección al consumidor a largo plazo. La cooperación en la implementación de medidas de seguridad y en la educación del consumidor es esencial para construir un ecosistema financiero digital confiable y robusto.

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