Democratización tecnológica, clave para el desarrollo de América Latina
La pandemia del COVID-19 aceleró el desarrollo digital que hoy es pilar fundamental para el progreso sostenible en la región.
La pandemia global de COVID-19 provocó una revolución en diversos aspectos de la vida cotidiana, transformando la manera en que trabajamos, estudiamos o realizamos transacciones comerciales alrededor del mundo, impulsando un giro hacia lo digital. Sin embargo, este cambio también ha profundizado la brecha digital, dejando a sectores vulnerables en una situación precaria.
La crisis sanitaria puso de manifiesto los desafíos significativos que América Latina enfrenta en cuanto a la adopción de la tecnología. Según datos recopilados por la Corporación Andina de Fomento (CAF), la región ha experimentado un aumento en la tasa de pobreza extrema, que pasó del 13,1% en 2020 al 13,8% en 2021 como consecuencia de la pandemia.
Además, un estudio realizado por el proveedor de servicios de red privada virtual (VPN), Surfshark, revela que, a pesar de que el acceso a Internet fue reconocido como un derecho humano por la Organización de las Naciones Unidas desde 2018, existen regiones como Zimbabue en África donde el costo de acceso a Internet equivale a más de 72 horas de trabajo.
Dentro de los 121 países analizados en el estudio, América Latina no ocupa una posición destacada, ya que países como Brasil requieren casi 6 horas de trabajo para pagar el acceso a Internet, mientras que México necesita poco más de cuatro horas. En comparación, países desarrollados como Alemania y Japón solo requieren 35 minutos y 26 minutos, respectivamente, para costear dicho acceso.
El acceso a Internet se ha convertido en un factor crítico que marca una gran disparidad en la realidad actual, teniendo un impacto significativo en la calidad de vida de las personas.
Si bien en la región aún estamos lejos de cerrar la brecha digital y alcanzar niveles significativos de alfabetización tecnológica, la pandemia nos ha obligado a acelerar un proceso que antes avanzaba a un ritmo más pausado.
Es necesario que el sector privado y el público trabajen en conjunto, generando sinergias para asegurar que la tecnología llegue a todos los rincones de América Latina, y de esta forma, permitir un acceso equitativo a las oportunidades que ofrece el mundo digital en evolución.